Diagnóstico: Síndrome del Intestino Irritable

Ir al cine, una hora en el gimnasio o salir por la noche a un restaurante puede convertirse en una gran carga para las personas con SII. El temor constante de que el intestino vuelva a reaccionar de forma exagerada afecta significativamente la calidad de vida de los afectados, quienes se retraen cada vez más porque se sienten incómodos y a veces no pueden salir de su casa por el dolor. La vida cotidiana de un paciente con SII suele ser muy restrictiva y tampoco es un tema que a la sociedad le guste discutir abiertamente.

¿Qué es el síndrome del intestino irritable (SII)?

El SII es una enfermedad del tracto digestivo con síntomas típicos como dolor abdominal, estreñimiento, diarrea o gases. Esta disfunción intestinal provoca dolor espasmódico en el abdomen, que a veces es más intenso y otras menos. Esto varía de persona a persona. El dolor abdominal suele estar asociado con las deposiciones. Los síntomas a menudo mejoran con la defecación, pero a veces empeoran. La sensación de vaciado incompleto del intestino también se asocia con el SII. Además, las deposiciones irregulares también son un síntoma típico. Los afectados tienden a alternar entre diarrea y estreñimiento.

Además de esta serie de síntomas, muchos pacientes tienen hinchazón abdominal, flatulencia, eructos y sensación de plenitud. Además de los problemas intestinales ya mencionados también se puede experimentar cansancio, dolores de cabeza, agotamiento y depresión. Los pacientes con SII han señalado que el estrés y ciertos alimentos empeoran los síntomas, lo que puede conducir a un enfoque terapéutico adecuado.

¿Cuáles son las causas del SII?

No existe una causa específica a la que se pueda atribuir el SII, ya que se trata de una interacción de varios factores que contribuyen a su desarrollo. El SII no se manifiesta de la misma manera en todas las personas. Cada paciente puede tener síntomas diferentes. Sin embargo, cabe suponer que el estilo de vida y la genética juegan un papel importante. Un estilo de vida poco saludable, es decir, una dieta rica en azúcares y grasas, poco ejercicio, mucho alcohol y estrés  pueden promover el SII a largo plazo. Muchas personas que ya tienen el intestino irritado reaccionan a ciertos alimentos que les provocan los síntomas. Algunos hidratos de carbono como la lactosa y la fructosa suelen causar muchos problemas a los afectados. Asimismo, a menudo se ha informado de la intolerancia al gluten, aún en ausencia de celiaquía.

Más información sobre la vida diaria con el SII

El cerebro abdominal: interacción entre el cerebro y el intestino

A través del llamado eje intestino-cerebro, el sistema nervioso intestinal y el sistema nervioso central están en constante intercambio. Se cree que el sistema nervioso intestinal es hiperactivo en pacientes con SII. Por un lado, esto puede causar los síntomas y, por otro lado, puede influir negativamente en la psique. Los estudios han demostrado que el SII a menudo se asocia con depresión, estrés crónico, trauma psicológico y trastornos de ansiedad. Muchos de los afectados sienten que no se les toma en serio, sin embargo, los síntomas no son imaginarios, ya que son provocados o aliviados por la interacción de dos sistemas nerviosos complejos.

¿Cómo se diagnostica el SII?

No es fácil para los médicos diagnosticar el síndrome del intestino irritable. Esto se debe a que los síntomas varían de un paciente a otro y pueden cambiar con el tiempo. Tampoco hay ninguna prueba para detectar este síndrome. Al principio hay una conversación con el médico, donde se discuten en detalle los síntomas, para intentar averiguar de dónde provienen y cuándo aparecen. La consulta inicial también incluye una evaluación exhaustiva con el fin de descartar otras posibles enfermedades. En función de las sospechas del médico, existen diferentes métodos para descartar otras patologías:

  • Análisis de sangre
  • Prueba de sangre en las heces
  • Palpación rectal
  • Ultrasonido abdominal
  • Colonoscopía
  • Examen de heces en busca de parásitos, marcadores inflamatorios o ácidos biliares
  • Pruebas de intolerancia alimentaria
  • Examen ginecológico

Si estas pruebas no revelan ninguna otra enfermedad, entonces se realiza el diagnóstico de síndrome del intestino irritable.

La flora intestinal en el SII: ¿ayudan las cepas bacterianas específicas?

Los estudios demuestran que las personas con SII tienen una flora intestinal alterada (negativamente) en comparación con las personas sanas. Estos cambios pueden ser causados ​​por antibióticos, infecciones gastrointestinales y estrés crónico. También se ha encontrado que algunos pacientes con sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado. Se ha demostrado el uso de probióticos de alta calidad para tener un efecto positivo en la restauración de la flora intestinal. Los probióticos consisten en cepas bacterianas beneficiosas que se encuentran naturalmente en el cuerpo humano y si se consumen en cantidades adecuadas, apoyan a las bacterias promotoras de la salud en sus tareas. En particular, los lactobacilos y las bifidobacterias influyen positivamente en el desplazamiento de gérmenes patógenos del intestino. Un probiótico que contenga estos dos géneros es especialmente adecuado para reforzar la flora intestinal de forma duradera.

Básicamente se puede decir que con el diagnóstico de “síndrome del intestino irritable” es posible vivir con pocas molestias. Por supuesto, esto siempre depende del grado de sensibilidad intestinal, pero con un cambio en la dieta, por ejemplo, se pueden aliviar algunos síntomas. También es aconsejable tomarse un tiempo y escuchar al cuerpo. El estrés es un factor importante que contribuye al SII, por lo que es importante tomar períodos de descanso.

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