Vida cotidiana
Intestino: "toque de queda" en el tracto digestivo
En este momento todo es diferente de lo habitual: pasamos mucho más tiempo entre nuestras cuatro paredes, tenemos mucho menos contacto social y tenemos que aceptar una nueva situación laboral, la educación en casa y el cambio de patrones de comportamiento. Lógicamente, esto supone una enorme tensión para la psique, pero además de nuestro centro de control en la cabeza, un órgano en particular sufre este cambio, concretamente nuestro centro de salud: el intestino.
¿Quizás ya ha notado, consciente o inconscientemente, que no todo en su tracto digestivo está funcionando bien o que hay una actividad significativamente menor que la habitual? Ciertos cambios en la consistencia, el color y el volumen de las heces son normales y la frecuencia de las visitas al baño varía de una persona a otra, pero si el intestino se desvía de su comportamiento habitual durante un período de tiempo largo, es esencial averiguar las causas y tomar las contramedidas adecuadas.
Movimiento intestinal normal
Escala de heces de Bristol
El movimiento intestinal "normal" difiere de una persona a otra, pero existen criterios para definir una evacuación intestinal saludable:
- Frecuencia: ir de cuerpo varias veces al día o solo cada dos o tres días es normal. Sin embargo, si esto ocurre más de tres veces al día y las heces son delgadas (= diarrea) o si ocurre menos de tres veces por semana y es difícil la evacuación intestinal, entonces algo está perturbando la digestión.
- Olor: por supuesto, incluso las heces saludables no huelen a rosas, pero seguramente su producto digestivo habitual no huele demasiado mal. Sin embargo, si sus heces huelen muy mal durante varios días, significa que algo fuera de lo común está ocurriendo en su intestino.
- Color: seguramente habrá comprobado que sus heces no son siempre del mismo tono. La mayoría de los cambios de color pueden deberse a los alimentos que se consumen (por ejemplo, las zanahorias o la calabaza pueden hacer que las heces sean anaranjadas, la remolacha puede hacerlas rojas, los arándanos pueden oscurecer las heces y muchas verduras verdes también pueden reflejarse en el inodoro). Sin embargo, si nota un color negro, rojo sanguinolento, amarillo o blanco en las heces, pero no ha tomado ningún medicamento ni ha consumido ningún alimento de color intenso, acuda al médico.
- Consistencia: la consistencia de las heces que se considera "normal" se define en la escala de heces de Bristol (véase la figura para más detalles). Los tipos 1 y 2 indican estreñimiento, los tipos 3 y 4 son óptimos, el tipo 5 ya es más blando pero sigue estando bien, y los tipos 6 y 7 describen la diarrea.
- Limpieza: Las heces también proporcionan información sobre la salud de su intestino y de su flora intestinal: en el caso ideal, las heces se excretan recubiertas del moco que producen las células de la mucosa intestinal (que, por ejemplo, "aglutina" contaminantes y microorganismos dañinos). Para que estas células reciban suficiente energía para sus tareas, necesitan ácidos grasos de cadena corta, que a su vez son producidos por bacterias intestinales beneficiosas. Entonces, si no tiene que limpiar la taza del inodoro y una hoja de papel higiénico es suficiente su limpieza, significa que su microcosmos intestinal funciona de maravilla.
Estreñimiento: cuando el intestino se vuelve lento
Nuestra nueva situación cotidiana contribuye a que el intestino se vuelva lento y a que los movimientos intestinales se ralenticen considerablemente. Se habla de estreñimiento agudo cuando:
- la evacuación intestinal ocurre menos de tres veces por semana,
- solo ocurre con gran esfuerzo
- las heces son duras y grumosas (ver tipos 1 y 2 de la escala de heces de Bristol).
El estreñimiento agudo (también conocido como estreñimiento a corto plazo o situacional) no es una enfermedad, sino una señal de que algo anda mal en el cuerpo.
En qué se diferencian el estreñimiento agudo y crónico, puede leer aquí.
La lentitud del intestino a corto plazo, que resulta de los cambios en la vida cotidiana, generalmente se puede remediar rápida y fácilmente con medidas simples.
Sin embargo, si las siguientes "señales de alarma" ocurren junto con el estreñimiento, definitivamente debe comunicarse con un médico:
- No hay evacuaciones intestinales durante mucho tiempo y sufre de dolor intenso, hinchazón, náuseas y/o vómitos.
- Observa la pérdida de sangre de los intestinos (por ejemplo, en la taza del inodoro).
- Está perdiendo peso rápida e involuntariamente.
¿Por qué se ralentiza el proceso digestivo?
Como nuestro órgano más grande, la actividad del intestino está influenciada por numerosos factores diferentes: por todo lo que ingerimos (alimentos, bebidas, medicamentos), por el estrés y la tensión psicológica y por nuestra actividad física. En la situación actual, muchas o incluso todas estas influencias han cambiado, en detrimento de nuestro intestino:
- Dieta: la elección de nuestros alimentos afecta la digestión y también puede promover el estreñimiento. Los productos elaborados con harina blanca (pan blanco, pasteles, tostadas, etc.) o arroz blanco (pulido) contienen muy poca fibra y tienen un efecto estreñimiento, especialmente si la ingesta de líquidos es insuficiente. Cantidades aún mayores de azúcar y grasa (por ejemplo, en chocolate, comidas preparadas, papas fritas) ralentizan el proceso digestivo y el té verde y negro también puede promover el estreñimiento. En general, cuanto menos fibra (contenida en frutas, verduras, legumbres, productos integrales) comemos, más lento se vuelve el intestino.
- Ingesta de líquido: el intestino y las heces necesitan líquido, porque el agua mantiene las heces flexibles y facilita su transporte. Además, el agua también llena el intestino y, por lo tanto, estimula la actividad intestinal. Se recomiendan al menos dos litros de líquidos al día.
- Estrés: cuando nos encontramos en una situación de estrés, el cuerpo pone a disposición toda la energía posible para la "reacción de lucha o huida". Para ello, entre otras cosas, el funcionamiento del intestino se reduce al mínimo. Como resultado, la musculatura intestinal, que transporta la pulpa del alimento a través del tracto digestivo, se vuelve lenta y el contenido intestinal permanece en su sitio. Cuanto más dura una situación estresante, más tiempo "descansa" el intestino.
- Actividad física: si mueve su cuerpo, también estimula los músculos del intestino para que se muevan más y así promover la actividad intestinal. La falta de actividades cotidianas habituales, como por ejemplo, caminar desde el estacionamiento de la oficina, los recorridos en el lugar de trabajo (a la impresora, a reuniones...) o ir de compras, no solo hace que los músculos del sistema musculoesquelético se vuelvan más lentos, sino también el intestino. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día para mantener el intestino bien abastecidos de sangre y en movimiento.
Consejos para combatir el tránsito lento
El buen funcionamiento del aparato digestivo es fundamental para la salud y el bienestar. Por eso, cuide su intestino, sobre todo cuando el día a día intenta complicarle la vida:
- Fomente la relajación: recuerde sus reflejos de estrés de la Edad de Piedra: mientras esté "energizado", su intestino reducirá enormemente su actividad. Por lo tanto, especialmente en la situación actual, intente crear un espacio para la relajación.
- Consuma alimentos ricos en fibra: la fibra es un componente alimenticio en gran parte indigerible, pero juega un papel crucial en el funcionamiento del intestino. Es decir, se hincha y, por lo tanto, aumenta el volumen de la pulpa alimenticia. Esto a su vez estimula el movimiento de los músculos intestinales (peristaltismo) y promueve las deposiciones. Al mismo tiempo, la fibra es vital para nuestras bacterias intestinales "buenas", porque sirve de alimento a nuestras amigas del intestino. Los alimentos que son particularmente ricos en fibra incluyen:
- Legumbres (por ejemplo, frijoles, guisantes, lentejas, garbanzos)
- Granos y productos de cereales (por ejemplo, salvado o copos de avena o espelta, harina integral o de centeno, amaranto)
- Frutos secos (por ejemplo, cacahuetes, avellanas, nueces de macadamia, pecanas, etc.)
- Semillas (por ejemplo, semillas de lino, semillas de chía, semillas de calabaza, semillas de sésamo, semillas de girasol)
- Verduras (por ejemplo, achicoria, alcachofa, salsifí negro, variedades de col, zanahorias)
- Frutas secas (por ejemplo, dátiles, higos, ciruelas, pasas)
Para un adulto, la Sociedad Alemana de Nutrición recomienda al menos 30 g de fibra dietética al día. Si no puede cubrir esta cantidad con sus comidas diarias, la ingesta suplementaria de prebióticos tiene sentido en cualquier caso.
- Beba, beba, beba: preste atención a la cantidad de agua que bebe en el transcurso del día. ¿Realmente está bebiendo los 2 litros de líquido recomendados? En una nueva situación cotidiana, en particular, a menudo uno se olvida de beber, y como estamos en habitaciones bien templadas y nos movemos poco, se pierde la sensación de sed. Por lo tanto: coloque una jarra de agua a la vista y beba cada vez que la mire, o use aplicaciones para beber que le recuerden regularmente que debe beber un vaso de agua (esto se puede combinar con ejercicio). También es recomendable acostumbrarse a beber algo justo después de levantarse y antes de cada comida.
- Tiempo y rutina en el baño: los grandes negocios a veces llevan tiempo, y definitivamente debe darle tiempo a su intestino, ¡así que no se estrese en el baño! Además, evite la distracción del celular. Hora de la palabra clave: acostumbre a su intestinos a la hora de defecación (preferiblemente por la mañana) y mantenga esta rutina incluso en los días libres. Un masaje intestinal en el sentido de las agujas del reloj puede activar el movimiento intestinal, al igual que un vaso de agua o una taza de café o té.
- Integre el ejercicio en la vida cotidiana: debe permitir a su intestino al menos 30 minutos de ejercicio físico para que la digestión se ponga en marcha. Los atletas de nuestro equipo OMNi-BiOTiC® POWER han recopilado numerosos consejos para usted sobre cómo puede llevar el movimiento a su vida diaria: por ejemplo, camine alrededor del apartamento mientras habla por teléfono o programe un despertador cada hora y luego tómese unos minutos para hacer ejercicio. Puede encontrar todos los consejos que nuestros atletas profesionales tienen para recordar en nuestra página de Facebook .
- Probióticos y prebióticos de farmacia: el estrés, la falta de ejercicio y una dieta modificada también afectan la flora intestinal. Los muchos bocadillos con alto contenido de azúcar promueven la multiplicación de microorganismos de fermentación y putrefacción (se puede oler eso también en el inodoro), al tiempo que las bacterias beneficiosas se reducen por la falta de fibra, entre otras cosas, y la flora intestinal se desequilibra - ¡esto no solo puede afectar a la digestión, sino también al sistema inmunitario y a la psique! El uso dirigido de probióticos y las sustancias prebióticas que los nutren n (p. ej., fibra de acacia y almidón resistente) apoya la composición saludable de la flora intestinal y la fibra también regula el transporte de alimentos a través del intestino.
Tenga en cuenta que el contenido de esta página es solo informativo. En cualquier caso, si tiene problemas persistentes, consulte a un médico o utilice el servicio de un teléfono de salud.