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Índice

Bacterias intestinales / Salud intestinal

Los microorganismos son organismos diminutos que consisten en células individuales o agregados celulares. Entre ellos se encuentran las bacterias, las arqueas, muchos hongos (incluidas las levaduras), las algas y los protozoos. Los virus, aunque no están formados por células, suelen contarse como microorganismos debido a su tamaño. El arbol de la vida se clasifica en 3 grupos: bacterias, arqueas y eucariotas. Dado que ni las arqueas ni las bacterias tienen un núcleo celular, ambas se agrupan bajo el término procariotas.

Bacterias

Las bacterias fueron observadas por primera vez en 1676 por Antoni van Leeuwenhoek con la ayuda de un microscopio casero en agua y saliva humana. Se trata de microorganismos unicelulares (de 0,1 a 700 µm de diámetro) que se reproducen por fisión y no tienen núcleo celular: el material genético está presente libremente en el interior de la célula (citoplasma). Las bacterias pueden clasificarse según su forma (en forma de bastón = bacilos; esférica = cocos), su relación con el oxígeno (aerobias = bacterias que consumen oxígeno; anaerobias = pueden vivir sin oxígeno), su modo de locomoción y su taxonomía (divisiones). Están presentes en todas partes, pero solo una pequeña parte de las bacterias que se encuentran en la naturaleza pueden causar enfermedades en los seres humanos (= bacterias patógenas). Las bacterias buenas (= comensales) colonizan todo el cuerpo humano, incluido el intestino, donde tienen, entre otras cosas, un efecto digestivo.

Eucariotas

Los eucariotas son organismos vivos con un núcleo celular; entre ellos se encuentran algunos organismos unicelulares, algas, plantas, animales y seres humanos. Las células de los eucariotas suelen tener un diámetro de 10 a 30 µm y suelen ser mucho más grandes que las de los procariotas. Para que los procesos celulares funcionen sin problemas, es necesario un mayor grado de organización, una división del espacio celular en compartimentos (espacios delimitados) y un transporte adecuado entre los distintos compartimentos. Por ello, las células eucariotas están estructuradas mediante orgánulos celulares, que realizan diversas funciones.

Los virus son partículas infecciosas formadas por una cápsula que contiene material genético. Los virus son diminutos y tienen un tamaño de entre 20 y 300 nm, por lo que solo pueden verse con un microscopio electrónico. A diferencia de las bacterias, los virus no están formados por una célula, ni tienen su propio metabolismo o producción de energía; en sentido estricto, los virus no son seres vivos.

Las bacterias que no pueden vivir ni proliferar cuando hay oxígeno presente se denominan anaerobias. A su vez, se puede distinguir entre:

  • anaerobias obligadas: bacterias que solo pueden crecer en un ambiente libre de oxígeno porque este las perjudica
  • anaerobias aerotolerantes: bacterias que no necesitan oxígeno para vivir, pero lo toleran y, por lo tanto, pueden vivir en su presencia
  • anaerobias facultativas: bacterias que pueden vivir completamente sin oxígeno, pero si este está disponible, lo utilizan.

Son microorganismos que pueden provocar diferentes patologías a personas o animales que los ingieran.

Es la totalidad de microorganismos que colonizan el intestino humano/animal.

Eubiosis es el término utilizado para describir el estado de equilibrio de la microbiota intestinal.

El lumen intestinal es el espacio interior del intestino normalmente lleno de pulpa de alimentos o heces. Dicho espacio puede ampliarse o reducirse en función del movimiento peristáltico intestinal.

Las células epiteliales forman una capa celular continua que reviste la superficie de la mucosa del tracto gastrointestinal, estableciendo una barrera efectiva entre el medio externo y el interno. La cara apical de dichas células, es decir, la que está orientada hacia la luz del intestino, tiene un borde en cepillo con microvellosidades. Estas estructuras microscópicas en forma de cerdas contribuyen a dar al intestino su enorme superficie de 400 a 500 m².

La barrera intestinal representa el escudo protector del intestino al impedir que sustancias nocivas, como agentes patógenos o toxinas, entren en el organismo desde la luz del intestino. Dicha barrera está formada por distintos elementos, tales como:

  1. la microbiota intestinal: las bacterias «buenas» garantizan un entorno equilibrado y evitan que los microorganismos «malos» (patógenos) proliferen en el intestino.
  2. el epitelio intestinal: está formado por una sola capa de células epiteliales. Si dicho epitelio está intacto, cada célula está estrechamente conectada a la vecina a través de moléculas proteicas (proteínas de unión estrecha) y
  3. elementos inmunológicos: que incluyen células de defensa del sistema inmunitario.

Las uniones estrechas son conexiones proteicas entre células epiteliales intestinales vecinas que forman una barrera que regula el paso de sustancias entre ellas. Si dichas uniones se abren, los patógenos, las toxinas, etc. pueden ingresar al torrente sanguíneo/cuerpo.

El moco intestinal se sitúa por encima de la capa de células epiteliales y forma una capa protectora contra los agentes nocivos de la luz intestinal, a la vez que lubrica y mantiene húmeda la superficie de la mucosa.

Son ácidos grasos con un máximo de 6 átomos de carbono. En el intestino grueso, las bacterias comensales producen AGCS como el butirato, el acetato y el propionato, a partir de la fibra alimentaria.

Los microorganismos son muy adaptables y se multiplican rápidamente. En determinadas circunstancias, su material genético puede cambiar/adaptarse espontáneamente y transmitirse a las generaciones siguientes. De este modo, las bacterias también pueden volverse resistentes a un antibiótico. Esto significa que las bacterias ya no son eliminadas por el antibiótico o su crecimiento no es inhibido, por lo que el antibiótico ha perdido su eficacia.

Las causas más comunes de la aparición de la resistencia a los antibióticos son la toma incorrecta (cuando el antibiótico no se utiliza hasta el último comprimido, por ejemplo), innecesaria o frecuente de dichos medicamentos.

El término intestino permeable significa que el intestino puede ser “traspasado». Si la barrera intestinal está intacta, las células epiteliales individuales del intestino están unidas entre sí por conexiones célula-célula (uniones estrechas) y forman así una barrera intacta contra los agentes patógenos y las sustancias nocivas.

En el caso del síndrome del intestino permeable, estas conexiones célula-célula se abren, la función de barrera ya no existe y las sustancias nocivas pueden entrar en el torrente sanguíneo sin obstáculos. El sistema inmunitario reacciona con procesos inflamatorios y alérgicos. Factores como el estrés, una dieta poco saludable, las infecciones o el uso frecuente de antibióticos son posibles desencadenantes de dicho síndrome.

La zonulina se utiliza como proteína marcadora para la detección de una mayor permeabilidad intestinal (= intestino permeable). Puede detectarse tanto en la sangre como en las heces. El aumento de los niveles de zonulina indica una mayor permeabilidad intestinal.

La calprotectina es un marcador de inflamación de la mucosa intestinal. La concentración de calprotectina se mide en las heces y se correlaciona con el número de granulocitos (un tipo de glóbulos blancos) dentro del intestino. Si el valor de la calprotectina es elevado, esto indica la presencia de un proceso inflamatorio en el intestino.

La alfa-1-antitripsina fecal es un marcador natural de procesos inflamatorios intestinales. Se trata de una molécula proteica que forma un complejo reversible con las células inflamatorias activas e impide que el tejido sano vecino sea atacado en el curso de una inflamación. Especialmente en el caso de la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, los niveles de alfa-1 antitripsina están muy aumentados.

Clostridioides difficile es una bacteria anaerobia, grampositiva, con forma de bastón y formadora de endosporas, que normalmente es inofensiva para las personas sanas. Sin embargo, al tomar antibióticos se eliminan muchas bacterias beneficiosas de flora intestinal y C. difficile puede proliferar de forma oportunista y producir toxinas que pueden desencadenar enfermedades diarreicas potencialmente mortales en pacientes débiles. C. difficile es uno de los gérmenes hospitalarios más comunes.

Faecalibacterium prausnitzii es una bacteria gramnegativa que constituye aproximadamente el 5 % del número total de bacterias del intestino humano y, por tanto, representa a las bacterias intestinales anaerobias más comunes (que viven sin oxígeno). Dado que F. prausnitzii produce el ácido graso de cadena corta butirato, esta bacteria es una de las proveedoras de energía más importante para las células de la mucosa intestinal. Además, F. prausnitzii produce sustancias antiinflamatorias que tienen un efecto positivo directo en el organismo humano.

Akkermansia muciniphila es una bacteria gramnegativa, estrictamente anaerobia, asociada a la mucosa del colon. Esta bacteria es responsable de la producción de un moco muy viscoso que contribuye a reforzar la barrera intestinal para que tanto los microorganismos extraños como las sustancias nocivas no puedan traspasar la mucosa intestinal e ingresar al torrente sanguíneo.

Las enterotoxinas son toxinas producidas por microorganismos que atacan el intestino y suelen ser la causa de intoxicaciones alimentarias y sus consiguientes cuadros inflamatorios gastrointestinales. Las enterotoxinas son responsables de los síntomas del cólera, de la diarrea del viajero y de la disentería bacteriana.

Los lipopolisacáridos (LPS), como su nombre lo indica, consisten en polisacáridos unidos a lípidos. Los lipopolisacáridos se encuentran en las paredes celulares de las bacterias gramnegativas y solo se liberan cuando las bacterias se descomponen. El sistema inmunitario los trata como antígenos y pueden causar inflamación, entre otras cosas. Si la barrera intestinal no está intacta, es decir, es demasiado permeable, los lipopolisacáridos pueden ingresar al torrente sanguíneo y tener un efecto tóxico en diversas partes del cuerpo.

UFC/g = unidades formadoras de colonias por gramo

Esta abreviatura se encuentra, por un lado, en los hallazgos fecales y, por otro, en relación con los probióticos de relevancia médica, ya que se considera una unidad de medida del contenido de bacterias.

Por ejemplo, 5 x 10^9 UFC/g en relación con los probióticos significa que en un sobre de probióticos hay 5 mil millones de bacterias por gramo de producto.

La optimización del medio es la creación de un entorno favorable para la proliferación de las bacterias comensales (= buenas). Dicha optimización se puede apoyar y promover tomando bacterias probióticas.

Los probióticos son microorganismos vivos que ejercen efectos beneficiosos para la salud del huésped cuando llegan al intestino en cantidades suficientes.

Además, los microorganismos probióticos deben cumplir los siguientes requisitos para ser efectivos:

  • Su efecto promotor de la salud debe haber sido demostrado
  • Sobrevivir al paso por el estómago y ser capaces de proliferar en el intestino
  • Su estabilidad genética debe ser asegurada, para poder excluir las mutaciones causantes de enfermedades
  • Producir ácido láctico y otras sustancias protectoras

 

Mediante el suministro de bacterias intestinales viables y probióticas, las propias bacterias intestinales «buenas» reciben un refuerzo, lo que ayuda a mantener el equilibrio de la flora intestinal. Para lograr dicho equilibrio, también es importante seguir una dieta saludable, realizar suficiente ejercicio físico y disminuir el nivel de estrés.

Los simbióticos consisten en una combinación de probióticos y prebióticos. Debido a las diversas interacciones positivas de los pre y probióticos con la flora intestinal y el sistema inmunitario intestinal, se recomienda la combinación de estas sustancias activas. Suelen consistir en una o varias cepas bacterianas en combinación sus sustratos, los prebióticos. Los prebióticos sirven de protección y sustrato nutritivo para las bacterias probióticas frente a los ácidos estomacales y biliares durante su paso por el tracto digestivo y permiten una colonización intestinal óptima.

Las sustancias prebióticas, las sales fisiológicas y las enzimas que se encuentran en cada producto junto a las bacterias, componen la “matriz”. Esta sirve para apoyar a las bacterias probióticas de la mejor manera posible durante el tiempo de activación y fortalecerlas para su paso por el estómago.

Las toxinas son sustancias producidas por organismos biológicos (plantas, hongos, animales, etc.) que perjudican a otros organismos, como los humanos, al alterar las vías metabólicas fisiológicas.

Las toxinas pueden provocar intoxicaciones agudas y crónicas y otros cuadros clínicos.

Prebióticos

La fibra dietética incluye hidratos de carbono no digeribles, principalmente de origen vegetal, que sirven de alimento a las bacterias intestinales y son indispensables para una dieta saludable. Se clasifica comúnmente como soluble o insoluble, de acuerdo a su capacidad para captar agua:

  • La fibra dietética soluble: se encuentra en frutas y verduras, se hincha en el estómago y en el intestino proporcionando sensación de saciedad y tiene un efecto positivo en la flora intestinal.
  • La fibra dietética insoluble: se encuentra en los cereales y las legumbres, estimula el peristaltismo intestinal (actividad muscular) y contrarresta el estreñimiento.

Los fructooligosacáridos (FOS) son fibras solubles pertenecientes al grupo de los fructanos. Se encuentran de forma natural en las raíces de achicoria, las alcachofas de Jerusalén, las alcachofas, las cebollas y también en algunos tipos de cereales. Como el cuerpo humano carece de las enzimas necesarias para descomponer los FOS, se consideran componentes alimenticios no digeribles que solo pueden ser metabolizados por las bacterias del intestino grueso.

La pectina es el principal componente de las paredes celulares de las plantas y las frutas. Es una fibra dietética viscosa y soluble en agua que se hincha en el estómago, lo que reduce la velocidad de vaciamiento gástrico y produce una sensación de saciedad que ayuda a las personas que siguen dietas de adelgazamiento.

La goma guar es un polisacárido no digerible (fuente de fibra dietética soluble) extraído de las semillas de Cyamopsis tetragonoloba, una planta de la familia de las leguminosas nativa de la India y Pakistán. Se utiliza como aditivo alimentario desde la década de 1950 y actualmente es una de las fibras dietéticas más prometedoras del mercado. Se utiliza principalmente en forma parcialmente hidrolizada, un polvo blanco soluble en agua que puede mezclarse con bebidas, yogur y sopas sin modificar su textura ni su sabor. En el intestino, favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta, que a su vez pueden estimular el crecimiento de los lactobacilos y las bifidobacterias útiles y, por lo tanto, beneficiar la salud del huésped.

El glucomanano es un polisacárido obtenido de los tubérculos de la planta Amorphophallus konjac, que se ha utilizado durante siglos en la medicina tradicional oriental debido a sus efectos beneficiosos para la salud. El glucomanano de konjac solo contiene pequeñas cantidades de proteínas y vitaminas, pero es rico en fibra dietética, por lo que también constituye un excelente prebiótico. En comparación con otras sustancias prebióticas, el glucomanano posee una extraordinaria capacidad de captar agua, formando soluciones muy viscosas.

Generalidades

Las enzimas son moléculas orgánicas (comúnmente proteínas) que actúan como biocatalizadores, es decir, que aceleran una reacción química específica en una célula. Las enzimas no se modifican durante la reacción, por lo que se utilizan una y otra vez. Existen enzimas en cada célula del cuerpo y son necesarias para casi todas las funciones corporales.

Progresión significa el avance de una enfermedad (= curso de la enfermedad) o el deterioro del estado de salud.

El retículo endoplasmático (RE) es un orgánulo que se presenta como una estructura tubular y laberíntica en el citosol de las células eucariotas.

Endo = interior; plasmático = plasma/citoplasma celular; retículo = red.

El RE cumple principalmente tareas de síntesis y almacenamiento.

La comorbilidad es la coexistencia de dos o más enfermedades en una persona. También se llama morbilidad asociada.

El placebo sirve como sustancia de control en los ensayos clínicos. El placebo debe tener exactamente la misma forma de dosificación que el medicamento, pero no contiene ningún principio activo.

El término aleatorizado se refiere a la naturaleza de un estudio. Se refiere a la división de los sujetos en diferentes grupos mediante un mecanismo aleatorio.

Doble ciego se refiere a la naturaleza de un estudio. Si se trata de un estudio a doble ciego, ni los profesionales implicados ni los sujetos saben quién pertenece al grupo experimental y quién al grupo de control.

Un estudio observacional es un estudio no intervencionista en el ámbito de la investigación médica. Se utiliza para recopilar información sobre un producto que ya está en el mercado.

Sistema inmunitario

El sistema inmunitario es el sistema de defensa de nuestro organismo contra las infecciones, las sustancias extrañas y las células degeneradas (defectuosas).

Una enfermedad autoinmune es una afección por la que el sistema inmunitario ataca las células del propio organismo. Esto da lugar a una gran variedad de enfermedades, como las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa), la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple, etc. En muchos casos, una enfermedad autoinmune que no es contagiosa tiene una predisposición genética. Sin embargo, las causas exactas del desarrollo aún no están claras.

Las células dendríticas pertenecen a las células de defensa del sistema inmunitario. Se desarrollan a partir de los monocitos (un tipo de glóbulos blancos) y pueden encontrarse en casi todas las células del cuerpo – son particularmente comunes en el tracto gastrointestinal, los pulmones y en las mucosas.

Los antígenos son moléculas que el organismo reconoce como extrañas y contra las que forma anticuerpos. Los antígenos típicos son las proteínas de la superficie de las bacterias. Las toxinas, los virus o las células sanguíneas extrañas también pueden funcionar como antígenos.

Los anticuerpos (= inmunoglobulinas) son moléculas proteicas de la familia de las globulinas que se forman en respuesta a sustancias extrañas (= antígenos). Forman parte del sistema inmunitario y sirven para luchar contra los agentes patógenos y otras sustancias extrañas. En medicina, los anticuerpos se utilizan como vacunas para prevenir determinadas enfermedades.

Los macrófagos son células mononucleares fagocíticas del sistema inmunitario. Como componente importante de la respuesta inmunitaria innata, son responsables de la destrucción de patógenos invasores como bacterias, virus y toxinas.

La formación de macrófagos comienza en la médula ósea, donde las células madre dan lugar a sus células precursoras, los monocitos. En el torrente sanguíneo, los monocitos se diferencian en macrófagos al entrar en contacto con las citocinas. Los macrófagos maduros tienen una vida de 30 a 90 días.

Las citoquinas son sustancias mensajeras que se forman durante una reacción del sistema inmunitario. Regulan la activación y diferenciación de células del sistema inmunitario, por ejemplo, la diferenciación de los monocitos en macrófagos activos.

La fagocitosis es la captación de pequeñas partículas por parte de determinadas células como los macrófagos, los granulocitos y las células dendríticas.
Como células del sistema inmunitario, los macrófagos pueden ingerir y destruir patógenos que ingresan al cuerpo, pero también destruyen las propias células del cuerpo (apoptosis) que poseen daños irreversibles.

La apoptosis es la muerte celular programada de las células eucariotas. Esta muerte celular controlada es esencial para el desarrollo y el funcionamiento del organismo, ya que elimina, entre otras cosas, las células degeneradas o potencialmente dañinas y controla el número de células y, por tanto, el tamaño de los tejidos.

La neopterina es una sustancia mensajera producida por los macrófagos. La neopterina funciona como un indicador de la activación de las defensas celulares y de la existencia de un proceso patológico en el organismo.

Los triglicéridos pertenecen al grupo de las grasas alimentarias y son uno de los depósitos de energía más importantes del organismo. Los triglicéridos en la sangre proceden tanto de la alimentación como del metabolismo de las grasas y se miden en el ámbito médico cuando se realiza un análisis de sangre. Los niveles elevados de triglicéridos pueden indicar un trastorno del metabolismo de las grasas o enfermedades como el hipotiroidismo. Especialmente en combinación con un nivel elevado de colesterol, los niveles elevados de triglicéridos representan un factor de riesgo cardiovascular.

La adiponectina es una hormona tisular que liberan las células grasas (adipocitos) y se presenta en diferentes formas. Tiene diferentes efectos en el metabolismo de los lípidos y la glucosa. La desregulación de esta hormona parece desempeñar un papel importante en el desarrollo del síndrome metabólico.

La interleucina 6 (IL-6) es una de las interleucinas que regulan la inflamación en el organismo. La IL-6 es un marcador inflamatorio que liberan los glóbulos blancos directamente en el lugar del evento inflamatorio.

I

La interleucina 10 (IL-10) es una citoquina (proteína reguladora) de la familia de las interleucinas. Tiene un efecto inmunomodulador y desempeña un papel decisivo en la limitación e inhibición de los procesos inflamatorios en el cuerpo humano.

La IL-10 tiene un efecto antiinflamatorio.

Las células inmunitarias son células que participan en las reacciones inmunitarias. En principio, se originan en las células madre de la sangre y pueden dividirse a grandes rasgos en dos grupos. En las células de la respuesta inmunitaria innata y adquirida, respectivamente. Tras formarse en la médula ósea, las células circulan por la sangre y luego migran a los tejidos, donde asumen su función de «guardianas» y se diferencian en subespecies.

Los leucocitos (glóbulos blancos) son una familia de células sanguíneas que pueden tener funciones muy diferentes en el sistema inmunitario humano. Pueden dividirse a grandes rasgos en 3 grupos: granulocitos, linfocitos, monocitos.

Los granulocitos constituyen la mayoría de los glóbulos blancos y forman parte de la respuesta inmunitaria celular. Pueden activarse y ayudar a combatir a los patógenos.

El número de granulocitos circulantes aumenta especialmente en el caso de infecciones, intoxicaciones y alergias.

Los linfocitos son un subgrupo de los glóbulos blancos. Su tarea principal es la defensa selectiva contra los agentes infecciosos y las células endógenas alteradas, como las células tumorales.

Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos. En cuanto abandonan la sangre y migran a los tejidos, se transforman en macrófagos.

Tracto Gastrointestinal

El estómago sirve como primer lugar de almacenamiento de los alimentos consumidos. Aquí los alimentos se mezclan, se empapan en el jugo gástrico (ácido) y se descomponen gracias a las enzimas contenidas en el mismo. Dicho jugo gástrico se produce en las glándulas de la mucosa gástrica. La mucosa gástrica reviste la pared interna del estómago y está cubierta por una capa protectora de moco. Esta fina película protege al estómago de la agresividad del ácido estomacal y de la propia digestión. Diversos factores (estrés, medicamentos, alcohol, etc.) pueden atacar esta capa protectora o provocar una sobreproducción de ácido estomacal.

Una de las posibles consecuencias es la gastritis, una inflamación del revestimiento del estómago que, o bien se produce de forma repentina y se cura rápidamente, o bien se produce de forma insidiosa y provoca molestias permanentes.

La gastritis aguda, es decir, repentina, puede ser desencadenada por numerosos factores; las causas más comunes son el consumo excesivo de nicotina y alcohol, la toma de analgésicos del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el estrés masivo o las situaciones de shock. En estos casos, la gastritis aguda se manifiesta con fuertes dolores en la parte superior del abdomen, pérdida de apetito, vómitos y sensación de plenitud.

La gastritis crónica puede dividirse en 3 grupos según la causa.

Gastritis tipo A

La gastritis de tipo A también se denomina gastritis crónica autoinmune y representa aproximadamente el 5 % de las gastritis crónicas. En este tipo de gastritis, las células de la mucosa gástrica (células que producen ácido) son atacadas y se segrega menos ácido gástrico.

Gastritis tipo B

Aproximadamente el 80 % de los casos de gastritis crónica son de tipo B. Suelen estar causadas por la bacteria Helicobacter pylori, que puede transmitirse a través de la saliva y las heces. Este germen patógeno es capaz de sobrevivir durante un breve período de tiempo en el entorno ácido del estómago y adherirse a las células de la mucosa, donde existe un entorno casi neutro.

Gastritis tipo C

Alrededor del 15 % de todas las gastritis crónicas son del tipo C y están causadas por una irritación química (medicamentos como los analgésicos) del estómago.

Gastritis tipo A

La gastritis de tipo A también se denomina gastritis crónica autoinmune y representa aproximadamente el 5 % de las gastritis crónicas. En este tipo de gastritis, las células de la mucosa gástrica (células que producen ácido) son atacadas y se segrega menos ácido gástrico.

Gastritis tipo B

Aproximadamente el 80 % de los casos de gastritis crónica son de tipo B. Suelen estar causadas por la bacteria Helicobacter pylori, que puede transmitirse a través de la saliva y las heces. Este microorganismo patógeno es capaz de sobrevivir durante un breve período de tiempo en el entorno ácido del estómago y adherirse a las células de la mucosa, donde existe un pH casi neutro.

Gastritis tipo C

Alrededor del 15 % de todas las gastritis crónicas son del tipo C y están causadas por una irritación química (medicamentos como los analgésicos) del estómago.

El colon es una sección del intestino grueso situada entre el apéndice y el recto. El colon se extiende como un marco alrededor del intestino delgado y se divide en 3 secciones:

  • una parte ascendente: el colon ascendente
  • una parte horizontal: el colon transversal
  • una parte descendente: el colon descendente

La diverticulitis es una enfermedad del intestino grueso en la que se forman pequeñas protuberancias en forma de saco en la mucosa del intestino grueso, conocidas como divertículos. Los divertículos son más comunes en las personas mayores y suelen ser inofensivos y no causan ninguna molestia. Sin embargo, si estos divertículos se inflaman, se habla de diverticulitis.

SBID = sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado

El SIBD es el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado. Normalmente, en el intestino delgado no hay un gran número de bacterias; la mayoría de nuestras bacterias intestinales se encuentran en el intestino grueso. La separación de estas dos zonas tiene lugar a través de la válvula ileocecal, que solo se abre en dirección al intestino grueso. Esto evita que las bacterias del intestino grueso asciendan al intestino delgado.

Sin embargo, en el caso de un SIBD, las bacterias sí ascienden. Las causas pueden ser enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, un defecto en la válvula ileocecal, intolerancias alimentarias, antibiosis, etc.
En consecuencia, las bacterias del intestino delgado se alimentan de los alimentos no absorbidos, fermentan los carbohidratos y producen gases. El resultado es hinchazón, eructos, náuseas, diarrea y/o estreñimiento.

Eje intestino-hígado

La cirrosis hepática es la fase final del daño hepático en la que el tejido hepático se convierte gradualmente en tejido conectivo. Esto hace que el hígado ya no pueda cumplir sus tareas, como las funciones metabólicas y de desintoxicación. El resultado es la insuficiencia hepática crónica. Normalmente, la cirrosis se desarrolla a lo largo de años o décadas. En Europa, el abuso del alcohol, el hígado graso no alcohólico y la inflamación crónica del hígado relacionada con virus (hepatitis B y C) son las principales causas.

La detección y el tratamiento tempranos de la enfermedad subyacente (por ejemplo, el abuso del alcohol) suelen prevenir la progresión del daño hepático.

El hígado graso está causado por un mayor almacenamiento de grasa en las células del hígado. El hígado graso es una de las enfermedades crónicas del hígado más comunes y generalmente se desencadena por la falta de ejercicio, la ingesta excesiva de alimentos y el abuso del alcohol. Si se abstiene del alcohol o sigue una dieta sana y baja en grasas, el hígado graso puede desaparecer en pocos meses. Sin embargo, si el hígado graso no se trata, pueden producirse daños en el hígado, como inflamación del hígado graso, cirrosis o insuficiencia hepática.

Los hepatocitos son células hepáticas que tienen un tamaño aproximado de 20 a 30 µm y ocupan el 80 % del volumen del hígado. Los hepatocitos poseen un abundante retículo endoplasmático, un aparato de Golgi bien desarrollado y una gran cantidad de mitocondrias como señal de su elevada actividad metabólica.

Estrés

El estrés oxidativo es el término utilizado para describir un desequilibrio entre los procesos oxidativos y antioxidantes en el organismo. Dado que nuestro organismo está constantemente expuesto a los llamados radicales libres (= oxidantes), un sistema de protección antioxidante bien desarrollado es de gran importancia. Parte de este sistema de protección son los «eliminadores de radicales», que incluyen la vitamina C y E, así como los oligoelementos zinc, selenio, manganeso y cobre.

Son formas nocivas de oxígeno que intervienen sobre todo en el estrés oxidativo. Se trata de moléculas altamente reactivas y químicamente agresivas.

El triptófano es un aminoácido esencial que no puede ser producido por el propio cuerpo humano y debe ser suministrado a través de los alimentos. Alimentos como los anacardos, la avena, la leche o el arroz contienen este aminoácido. El triptófano es importante para el organismo humano porque, como precursor del neurotransmisor serotonina, influye en el estado de ánimo y el comportamiento.

Los antioxidantes protegen nuestro cuerpo de las influencias externas negativas. Interceptan las sustancias oxidantes o radicales libres antes de que dañen nuestras células. Los radicales libres son producidos por el estrés, el ejercicio excesivo, pero también por la radiación de los teléfonos móviles y los ordenadores. Entre los antioxidantes naturales se encuentran las vitaminas C y E, el selenio y los carotenoides.

La L-glutamina pertenece al grupo de los aminoácidos no esenciales, ya que el cuerpo humano es capaz de producir este aminoácido por sí mismo.

El cuerpo necesita más glutamina en momentos de estrés, ya que se encuentra en grandes cantidades en los órganos afectados por el estrés, como los intestinos y el cerebro. La L-glutamina está presente en todas las mucosas, incluida la mucosa intestinal, y se considera un metabolito central en el metabolismo de todos los organismos vivos.

Salud de la mujer

La vaginosis es una infección vaginal bacteriana en la que los lactobacilos buenos, productores de ácido láctico, son desplazados, y diversas bacterias patógenas (por ejemplo, Gardnerella vaginalis) se instalan y modifican el entorno de forma patológica.

La micosis vaginal es una infección vaginal producida por hongos. El patógeno más común en este tipo de infecciones es Candida albicans, con una incidencia del 80 %.

La disuria es el dolor o ardor al orinar. Puede deberse a distintas afecciones. Cuando una mujer padece disuria debe consultar al médico.

El síndrome de ovario poliquístico es una de las enfermedades metabólicas más comunes en las mujeres jóvenes. Las personas que padecen el síndrome de ovario poliquístico suelen sufrir trastornos del ciclo, fuertes dolores menstruales, aumento de las hormonas sexuales masculinas (andrógenos), trastornos del sueño, problemas de peso, ovarios agrandados con numerosos folículos, fertilidad limitada, etc.

La terapia para el síndrome SOP está fuertemente orientada a los síntomas. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas que más angustian al paciente y, al mismo tiempo, prevenir enfermedades secundarias como la diabetes mellitus tipo II, el síndrome metabólico y el cáncer de cuello de útero.

La endometriosis es una enfermedad crónica que provoca cambios en el cuerpo de la mujer. Normalmente, el endometrio se engrosa durante el ciclo menstrual y luego se descompone. Sin embargo, en el caso de la endometriosis, este endometrio crece fuera de la cavidad uterina -generalmente en la pelvis- y provoca adherencias, dolor e infertilidad. Este tejido mucoso se comporta igual en el exterior que en el útero y crece y sangra bajo la influencia de las hormonas sexuales femeninas.

Diabetes y síndrome metabólico

Los triglicéridos pertenecen al grupo de las grasas alimentarias y son uno de los depósitos de energía más importantes del organismo. Los triglicéridos en la sangre proceden tanto de la alimentación como del metabolismo de las grasas y se miden en el ámbito médico cuando se realiza un análisis de sangre. Los niveles elevados de triglicéridos pueden indicar un trastorno del metabolismo de las grasas o enfermedades como el hipotiroidismo. Especialmente en combinación con un nivel elevado de colesterol, los niveles elevados de triglicéridos representan un factor de riesgo cardiovascular.

La adiponectina es una hormona tisular segregada por las células grasas (adipocitos) y se presenta en diferentes formas que tienen distintos efectos sobre el metabolismo de los lípidos y la glucosa. En particular, la adiponectina aumenta la sensibilidad de los tejidos diana a la insulina. La desregulación de esta hormona parece desempeñar un papel importante en el desarrollo del síndrome metabólico.

La insulina es una hormona peptídica que regula la captación de glucosa en las células del organismo. Si el nivel de glucosa en la sangre aumenta, el páncreas produce y libera más insulina en la sangre y así se reduce el nivel de glucosa en la sangre.

La resistencia a la insulina se caracteriza por la aparición simultánea de un nivel elevado de insulina y un nivel elevado de glucosa en sangre. Aunque hubiera suficiente insulina, las células no pueden responder al efecto de dicha hormona y por lo tanto, no son capaces de absorber la glucosa de la sangre fácilmente.

Por lo tanto, en resumen, la resistencia a la insulina es una condición en la cual los tejidos presentan una respuesta disminuida a la acción biológica de la insulina.

El síndrome metabólico es el término que engloba la aparición simultánea de varios síntomas o cuadros clínicos:

  • Sobrepeso severo con acumulación de grasa en el vientre
  • Trastorno del metabolismo de las grasas
  • Presión arterial alta
  • Elevación del nivel de azúcar en sangre (alteración del metabolismo del azúcar en forma de resistencia a la insulina).

El síndrome metabólico es un factor de riesgo decisivo para las enfermedades de los vasos sanguíneos, especialmente las coronarias, por lo que los afectados son considerados pacientes de alto riesgo para enfermedades cardiovasculares.

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