Criterios de calidad de probióticos y simbióticos de interés médico

Según los criterios de la OMS, WGO, FDA y OePROM

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Índice

1. Seguridad

Todas las cepas bacterianas utilizadas deben tener el estatus GRAS, QPS o normas de seguridad comparables, lo que significa la máxima seguridad para el consumo humano y la ausencia de efectos secundarios incluso con el uso a largo plazo.

2. Recuento de bacterias

Al menos 109 UFC (= 1000 millones de bacterias por gramo de polvo). Esto significa que se ingiere un número significativo de bacterias viables.

3. Actividad

Las bacterias probióticas son más activas en las 24 horas posteriores a su rehidratación. En los yogures (los cuales se desarrollan a partir de la leche, a través de la producción de ácido láctico) esto ocurre mientras están en la fábrica de lácteos. En los polvos o granulados, esto tiene lugar en nuestro cuerpo, donde las bacterias despliegan activamente sus habilidades para nuestro beneficio.

4. Capacidad de proliferación

Capacidad demostrada de las bacterias probióticas para proliferar incluso después de finalizar la terapia. Esto solo se ha comprobado hasta ahora para muy pocos productos, ya que solo es posible registrar números muy grandes luego de la proliferación. Los estudios de OMNi-BiOTiC® PANDA, OMNi-BiOTiC® 10 AAD y OMNi-BiOTiC® STRESS Repair, por ejemplo, se han publicado en revistas científicas.

5. Resistencia a los ácidos estomacales y biliares

Es esencial que los microorganismos sean resistentes a condiciones ácidas. Las bacterias liofilizadas deben revitalizarse preferiblemente fuera del cuerpo, en un líquido neutro. De este modo, pueden nutrirse y fortalecerse antes de emprender el paso (de horas) por el estómago (con su ácido gástrico) y por el duodeno (con ácidos biliares y secreciones pancreáticas).

6. Estabilidad a temperatura ambiente

Debe indicarse el número de bacterias al final del período de conservación (y no el recuento al momento del envasado). Esto se debe a que las bacterias mueren al cabo de pocos días si las condiciones del entorno no son óptimas. Los productos OMNi-BiOTiC® se someten continuamente a análisis de calidad para garantizar de forma demostrable una estabilidad de 24 meses a temperatura ambiente.

7. Optimización del medio

El pH óptimo del intestino delgado es de 4,0 – 5,5. A este pH, las bacterias beneficiosas pueden proliferar de forma óptima, mientras que los patógenos no. Por lo tanto, un probiótico debe contener bacterias que puedan reducir el pH mediante la producción de ácido láctico.

8. Formulación multiespecie de cepas bacterianas simbióticas

Las pruebas científicas sugieren que la combinación selectiva de múltiples cepas bacterianas es superior a la administración de una sola cepa para una variedad de aplicaciones. El potencial de cada una de las cepas puede mejorarse aún más mediante combinaciones acertadas en fórmulas multiespecíficas.

9. Sinergia de cepas bacterianas

No todas las cepas bacterianas se llevan bien, pero también pueden competir (por ejemplo, por el alimento), por lo que la sinergia de los preparados bacterianos mixtos debe probarse mediante el método de estría cruzada (del inglés, cross-streak) o bien deben realizarse estudios de eficacia.

10. Sin azúcar, sin gluten y sin proteínas animales

Para no fomentar las intolerancias.

11. Matriz

Para aumentar la actividad y la capacidad de proliferación de las bacterias, se añaden enzimas, fibra y minerales. Esto aumenta la producción de moco de la mucosa intestinal y la adhesividad de la combinación de bacterias suministrada.

12. Estudios de eficacia

La eficacia de los probióticos debe ser demostrada a través de estudios científicos en humanos.

Los productos OMNi-BiOTiC® cumplen con estos criterios de calidad y se componen exclusivamente cepas bacterianas presentes naturalmente en el cuerpo humano.