Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)

Dolor abdominal, diarrea, vómitos, náuseas, fiebre - todo el mundo está familiarizado con los síntomas que también se producen con el malestar estomacal o "gripe estomacal" - pero los pacientes con EII los sufren en mayor medida. En este artículo encontrará información sobre las posibilidades de diagnóstico y tratamiento

¿Qué son las enfermedades inflamatorias intestinales?

La enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU) - las dos enfermedades inflamatorias crónicas del intestino más conocidas y comunes, difieren principalmente en la localización de la inflamación. En la EC, todo el tracto gastrointestinal puede verse afectado, mientras que en la CU la inflamación se limita al colon. Ambas enfermedades son episódicas y no se pueden curar, aunque sí se pueden tratar. En la fase aguda, durante los episodios inflamatorios, la terapia de la medicina convencional suele ser decisiva. El acompañamiento de la terapia con plantas medicinales y remedios naturales ha demostrado ser útil para muchos pacientes, tanto en la fase aguda como en la fase libre de síntomas. La base de cualquier enfoque terapéutico es una flora intestinal sana o estable para proteger el intestino contra las infecciones (a las que los pacientes con EII son especialmente susceptibles) y también para minimizar las recidivas de la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de la EII (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa)?

Ambos tipos de EII tienen algunos síntomas similares y otros distinos. Entre los síntomas similares se encuentran la diarrea frecuente, que es mucosa y sanguinolenta en la CU. Otros síntomas son dolor abdominal, náuseas y vómitos. La hinchazón, la fiebre y los niveles elevados de marcadores inflamatorios en sangre también son típicos de la enfermedad inflamatoria intestinal. Especialmente en la EC, los pacientes pierden peso debido a la pérdida de apetito y a la falta de nutrientes importantes. Muchas personas con CU también sufren anemia, ya que las zonas inflamadas del intestino provocan pérdidas de sangre. Fuera del intestino, ambas enfermedades causan problemas. Por ejemplo, los pacientes suelen sufrir molestias en las articulaciones. También pueden verse afectados los conductos biliares, la piel y los ojos. La inflamación crónica del intestino a largo plazo aumenta el riesgo de cáncer de intestino. Por ello, el objetivo es minimizar las fases inflamatorias y las molestias.

Diferencia entre la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa

 

Enfermedad de Crohn (MC)

Colitis ulcerosa (CU)

Localización Puede afectar a todo el tracto digestivo. Más comúnmente en la transición del intestino delgado al gruesoColon
¿Recto afectado? Aproximadamente en el 20 % de los casosSiempre afectado (100%)
¿Íleon afectado? En el 80 % de los casosRara vez
Inflamación Todas las capas de la pared intestinalSolo dentro del intestino, mucosa intestinal
DeposicionesSiempre blandas, con poca sangre y solo con afectación del colon, hasta 20 x heces / díaMucosidad y secreción de sangre, diarrea viscosa con sangre > 10 veces al día
Dolor abdominal Principalmente en la zona inferior derecha del abdomenEn todo el tracto intestinal, especialmente en la zona inferior izquierda del abdomen
Síntomas fuera del intestino Columna vertebral, articulaciones, piel, conductos biliares, ojosColumna vertebral, articulaciones, piel, conductos biliares
Síntomas del ano (fístulas, abscesos, fisuras) A menudoRara vez
Anemia Rara vezA menudo
Pérdida de peso A menudoRara vez
Riesgo de cáncer Ligeramente aumentadoAumentado

Diagnóstico moderno de heces

Ya en el año 300 a. C., el médico griego Hipócrates reconoció: "Toda enfermedad comienza en el intestino". Este descubrimiento temprano está confirmado por los métodos clásicos de diagnóstico de heces y ahora también por los métodos genéticos moleculares más modernos: numerosas enfermedades tienen su origen en el intestino o se manifiestan en cambios en la microbiota intestinal.

¿Cuáles son las causas subyacentes de la EII (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa)?

Hasta ahora no está claro cómo se desarrollan la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa y qué desencadenantes son los responsables. La predisposición hereditaria juega un papel, aunque en menor medida, en la colitis ulcerosa que en la enfermedad de Crohn. En la EC, se conocen más de 70 genes que están asociados al desarrollo de la misma. Los factores ambientales juegan un papel importante. Por ejemplo, el país en el que se vive, ya sea en una zona rural o urbana, es significativo para la probabilidad de contraer la enfermedad. Los más altos estándares de higiene son un factor desencadenante de la EII. Lidiar con infecciones bacterianas y virales desde el nacimiento podría proteger al organismo de la EII.

Disparadores de la EII

Las infecciones causadas por ciertos microorganismos nocivos (virus del sarampión, E. coli, micobacterias, ciertos clostridios) parecen favorecer el desarrollo de la EII, junto con ciertos factores psicológicos (estrés, ciertas estructuras de la personalidad), la predisposición genética (reacción del sistema inmunitario) y los factores ambientales.

Estos diversos factores (psicológicos, genéticos, infecciosos y ambientales) conducen a una mayor permeabilidad de la mucosa (intestino permeable) y a una mayor actividad inmunológica en la mucosa intestinal.

Más sobre las posibles causas

Aumento de la permeabilidad de la mucosa intestinal ("intestino permeable")

En la mucosa intestinal, las células vecinas están conectadas entre sí a través de "uniones estrechas" que sellan las células entre sí para que no puedan pasar sustancias extrañas o patógenos entre ellas. Mientras esta "barrera intestinal" esté intacta, la totalidad de las células de la mucosa intestinal forman un verdadero escudo protector, que evita que sustancias extrañas (incluidas las bacterias y toxinas) ingresen al cuerpo desde la cavidad intestinal. En la EII, no solo debido a cambios inflamatorios, esta barrera intestinal tiene "fugas", "agujeros", las células ya no están tan estrechamente conectadas entre sí, por lo que los patógenos y las toxinas ("sustancias tóxicas") penetran más fácilmente la mucosa intestinal y pueden provocar una reacción inmune inflamatoria.

Aumento de la actividad inmunitaria en la mucosa intestinal

Se puede encontrar una mayor actividad inmunológica en muestras de tejido de la mucosa intestinal de personas afectadas con EII. Las células de defensa del sistema inmunitario y sus sustancias mensajeras (mediadores de la inflamación como las interleucinas, TNF (factor de necrosis tumoral) α) se detectan cada vez más en la mucosa intestinal. Los procesos autoinmunes ocurren con destrucción de la mucosa intestinal. De dónde proviene esta reacción de defensa aumentada, esta inflamación autodestructiva y para qué sirve, se está investigando intensamente. La microbiota intestinal juega un papel fundamental y se encuentra patológicamente alterada y dañada en pacientes con EII. La biodiversidad de las bacterias en el intestino, que es importante para la función intestinal normal, ya no está presente en dichos enfermos. Las bacterias intestinales ya no pueden cumplir con sus funciones protectoras y defensivas.

¿Cómo se puede diagnosticar la EII (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa)?

Esta enfermedad se diagnostica sobre la base del patrón típico de los síntomas, tras una colonoscopía y con la ayuda de técnicas de diagnóstico por imagen. En cada caso individual, el médico debe comprobar si se trata realmente de una EII o de otra enfermedad. Muchas enfermedades infecciosas también se manifiestan con diarrea, y la intolerancia a los medicamentos también da lugar a problemas similares. Especialmente en las personas mayores, es importante comprobar si la falta de circulación sanguínea es la culpable de los síntomas. Oclusiones vasculares (trombosis) en el sistema de vasos sanguíneos del intestino: colitis isquémica (inflamación del intestino por falta de sangre).

Al comienzo de cada diagnóstico se realiza una anamnesis detallada con un médico.

  • ¿Dónde tiene dolor y en qué situaciones se produce?
  • ¿Tiene diarrea, sangre, mucosidad en las heces? ¿Con qué frecuencia defeca?
  • ¿Ha notado alguna relación entre el dolor y ciertos alimentos o bebidas? ¿Tiene a menudo infecciones intestinales ("gripe estomacal")?
  • ¿Tiene otros síntomas como vómitos, dolor muscular y articular, acidez y fiebre? ¿Se siente cansado rápidamente? ¿Ha perdido peso? Esto es típico de la CU (anemia).
  • ¿Tiene otras enfermedades? (colangitis - inflamación de las vías biliares; conjuntivitis - inflamación de los ojos; dermatitis = enfermedades de la piel).
  • ¿Toma medicación regularmente?

¿Cómo se reconoce la enfermedad inflamatoria intestinal?

A continuación, se realiza un examen físico exhaustivo. El diagnóstico de la EII siempre requiere un examen de todo el tracto digestivo para diferenciar entre EC y CU y también para descartar enfermedades intestinales infecciosas que tienen síntomas similares a la EII. Los exámenes endoscópicos (colonoscopía y esófago-gastro-duodenoscopía) y radiológicos (radiografía, TAC (tomografía computarizada), RMN (resonancia magnética)) se complementan entre sí. Los hallazgos clínicos (parámetros de laboratorio e inflamatorios (PCR = proteína C reactiva, calprotectina, etc.), la función hepática y renal) y los hallazgos histológicos (por ejemplo, de muestras de mucosa intestinal obtenidas por endoscopía) también proporcionan información importante. Deben investigarse los indicios de enfermedades hepáticas, biliares o pancreáticas. Los cultivos de heces y los exámenes serológicos son importantes para distinguir las enfermedades diarreicas infecciosas. Solo cuando se consideran todos los hallazgos juntos se puede hacer un "diagnóstico en mosaico" de la enfermedad inflamatoria intestinal. Sin embargo, en algunos pacientes no es posible una clasificación primaria como EC o CU. En esos casos, solo la evolución de la enfermedad permite realizar un diagnóstico definitivo.

¿Cómo se puede tratar la EII (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa)?

Las enfermedades inflamatorias del intestino (EC y CU) actualmente no tienen cura. Los tratamientos tienen como objetivo principal mejorar la calidad de vida de los afectados, eliminar o aliviar las molestias, minimizar las recaídas inflamatorias y prevenir las complicaciones. Para el tratamiento es especialmente importante conocer la localización exacta de la inflamación en el tracto gastrointestinal. Además de las recomendaciones sobre cómo afrontar la enfermedad en la vida cotidiana y en lo que respecta a la dieta, la medicación es un componente central de la terapia. El enfoque principal es el tratamiento con medicamentos antiinflamatorios.

El fármaco de elección para la colitis ulcerosa es la mesalazina (ácido 5-aminosalicílico). Dado que el intestino grueso, que es el más afectado en la CU, es accesible a la medicación a través del ano, existen supositorios, enemas y espumas que pueden ejercer su efecto directamente en el lugar de la inflamación, además de comprimidos y cápsulas que se tragan. Además, en la CU se utilizan glucocorticoides (cortisonas), inmunosupresores y anticuerpos contra los factores inflamatorios. Además, se ha establecido y probado en estudios clínicos que la microbiota intestinal tiene una influencia significativa en el desarrollo y el curso de la CU. En las fases sin síntomas, ciertas cepas bacterianas probióticas han demostrado ser tan eficaces y antiinflamatorias como la mesalazina. Además, la opción de los probióticos no está asociada a ningún efecto secundario en comparación con la medicación estándar. Los preparados bacterianos contrarrestan las causas de la EII y no se limitan a combatir los síntomas.

A pesar de la amplia gama de opciones de medicación, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica. Dependiendo del foco principal de la inflamación, se utilizan diferentes procedimientos quirúrgicos. Los motivos de la intervención quirúrgica son complicaciones como hemorragias graves, rotura intestinal, inflamación que no responde suficientemente a la medicación y la aparición de cáncer de colon o lesiones precancerosas. El riesgo de cáncer de colon aumenta en la CU y cuando el colon está afectado en la EC. La magnitud de la inflamación desempeña un papel importante.

En la EC, los glucocorticoides, los inmunosupresores y los anticuerpos, especialmente contra ciertos factores inflamatorios, son también el principal tratamiento farmacológico. Se distingue entre los preparados que mejoran los síntomas en la fase de inflamación (en la recaída activa) y los que pretenden reducir la probabilidad de nuevas recaídas. La cirugía se hace necesaria en los pacientes con EM cuando se producen complicaciones como hemorragias, fístulas, obstrucciones intestinales o abscesos.

¿Qué ayuda con la EII?

Plantas medicinales y terapias naturopáticas complementarias

De acuerdo a los resultados de un estudio, algunos preparados con incienso, mirra y manzanilla tienen un efecto antiinflamatorio. Se observó que un preparado con extracto de incienso tuvo resultados similares en la EC que la mesalazina (que solo tiene un efecto limitado en la EC). Las molestias típicas como los calambres abdominales, la diarrea y las molestias articulares mejoraron en dos tercios de los pacientes. Se han realizado ensayos comparables en la CU. Tanto el incienso como la mirra contienen ácidos triterpénicos, responsables de los efectos antiinflamatorios en la CU. La mirra también tiene un efecto antiespasmódico al reducir la violencia de las contracciones intestinales y relajar los músculos intestinales. Especialmente la triple combinación de incienso, mirra y carbón de café ha demostrado su eficacia. El período libre de síntomas pudo mantenerse igual de bien (como se investigó en un pequeño estudio) que con la mesalazina.

Los científicos estadounidenses también han estudiado los efectos antiinflamatorios de la cúrcuma. En un estudio, se administró extracto de curcumina en cápsulas a niños que padecían la EC o CU. Una dosis de 4 g fue bien tolerada por la mayoría de los niños, y los síntomas de la EII mejoraron.

Consejos para los pacientes con EII

Consejo 1 - Todavía no se conoce la causa exacta de la EII. Sin embargo, la salud mental es un factor importante en la aparición de recaídas. El estrés puede desencadenar una nueva recaída. Por ello, es importante incluir en la vida cotidiana suficientes períodos de descanso y relajación.

Consejo 2 - Elimine de su dieta los alimentos flatulentos e indigestos. Un diario de alimentos es útil para determinar qué alimentos y bebidas se toleran bien y qué situaciones tienen un efecto negativo sobre los síntomas. Cuidado con la fibra dietética.

Consejo 3 - Aceptar la enfermedad es un paso importante. Los grupos de autoayuda permiten el contacto con otros enfermos.

Consejo 4 - La toma (también por tiempo indefinido) de simbióticos multiespecie que protegen la mucosa intestinal y equilibran la función digestiva son ideales para la profilaxis y el tratamiento de apoyo de la enfermedad.

Consejo 5 - Los estudios periódicos de cáncer de intestino son imprescindibles en el caso de una EII.

Consejo 6 - Se ha demostrado que el ejercicio tiene un efecto positivo durante el período libre de síntomas. El ejercicio mejora el bienestar general, reduce la inflamación y le ayuda a conocer mejor su cuerpo. Se recomiendan los deportes ligeros como la marcha, la natación, la gimnasia, el yoga y el pilates.

Consejo 7 - Si está siendo tratado con inmunosupresores en la fase aguda de la enfermedad, debe asegurarse de tener suficiente protección vacunal. Las vacunas vivas solo deben administrarse durante el período libre de síntomas.

Consejo 8 - El alcohol daña la mucosa intestinal y, por lo tanto, debe evitarse.

Consejo 9 - Fumar aumenta la tasa de recaídas en la EC, por lo tanto, los pacientes con EC deben abstenerse de fumar. Por el contrario, los síntomas de los pacientes con CU empeoran tras dejar de fumar. Empezar a fumar o continuar fumando a causa de la colitis ulcerosa no es recomendable debido a los numerosos efectos negativos y complicaciones.

 

 

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